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Familia de agricultores en el pueblo de V-Kota en Andhra Pradesh con un Parabraksh instalado en sus cultivos. Créditos de la imagen: Katidhan. Utilizada con autorización.
Malan Raut tiene 40 años y es de Maharashtra, estado del este de India. Quiedó contenta cuando se cambio a la agricultura orgánica en 2016 para resistir el impacto del cambio climático. Cultivaba cereales, legumbres y vegetales en 3,5 acres de tierra en su pueblo nativo de Nagarsoga. Pero tres años después se encontró con un problema inesperado, estaba perdiendo sus cultivos por ataques de los animales salvajes.
Malan Raut a un lado de Parabraksh instalado en su cultivo en Nagarsoga village de Maharashtra. Créditos de la imagen: Katidhan. Utilizada con permiso.
Malan le comentó a Global Voices en una entrevista telefónica que “los rebaños de jabalíes y ciervos salvajes irrumpían en su tierra por la noche desde caminos y arboles de las zonas silvestres cercanas, y comen, pisotean y destruyen sus cultivos”, lo que le causa pérdidas anuales que incrementaban gradualmente cerca de 30 000 a 40 000 rupias (376 a 500 dólares). Esto era difícil de sobrellevar para su familia.
En 2020, la organización local sin fines de lucro Swayam Shikshyam Prayog en Latur la hizo instalar un dispositivo llamado Parabraksh (protección de los animales salvajes en kannada, idioma del estado sureño de Karnataka).
Parabraksh usa tecnología de energía solar que genera destellos de luz para asustar y alejar a los animales de los cultivos agrícolas, sin dañarlos. Viene con un panel solar de seis vatios equipado a una batería y cuatro luces LED que parpadean toda la noche que crean patrones aleatorios en el cultivo. Las luces son visibles desde una distancia de 300 a 500 metros (dependiendo del paisaje) para impedir que los animales entren a la zona afectada.
Malan lo instaló en un punto vulnerable de la entrada de su campo de cultivo y hoy está mucho más aliviada, y señala que, “los animales ya no van a su campo y tiene casi un 97 % a 98 % de efectividad».
El dispositivo costó 10 000 tupias (125 dólares) y lo fabrica la organización de investigación e innovación científica Katidhan, de Bangalore, Karnataka. Según el presidente de la organización, SR Ayan, los parpadeos de luz programados del dispositivo atacan la visión cognitiva de los animales salvajes, como jabalíes, toros azules, bisontes, elefantes, tigres y leopardos, con lo que se impide que entren en las zonas afectadas.
Toma larga de la luz disuasoria de animales en medio de un campo agrícola en Tamil Nadu. Créditos de la imagen: Katidhan. Utilizada con autorización.
“Forests, or the natural home of wildlife are getting fragmented, destroyed and disturbed, due to expanding human habitations and developmental activities,” said Sanjeev Kumar, Additional Principal Chief Conservator of Forests, Jharkhand to Global Voices over email. He said this is what compels animals to enter villages (especially those bordering the forests) in search of food and water, which invariably leads to crop raids, livestock killing etc., causing human-wildlife conflicts.
Sanjeev Kumar, conservador principal adicional de bosques de Jharkhand, señaló a Global Voices por correo electrónico que “los bosques u hogares naturales de la vida salvaje se ven fragmentados, destruidos y perturbados por la expansión de asentamientos humanos y actividades urbanísticas”. Dijo que esto es lo que obliga a los animales a entrar en los pueblos (especialmente en los que bordean los bosques) en busca de comida y agua, lo que invariablemente conduce a incursiones en los cultivos, matanzas de ganado, etcétera, lo que provoca conflictos entre el hombre y la fauna.
Aunque no se dispone de una recopilación de datos a nivel nacional sobre pérdida de cosechas, la gravedad de los incidentes se puede determinar a partir de algunas cifras del Gobierno, según la cual solo el estado indio sureño de Andhra Pradesh ha sufrido una pérdida de cultivos de más de 5543 acres de tierra en 7589 incidentes entre 2017 y 2020. Tamil Nadu también informó de un total de 7562 incidentes de robo de cosechas por animales salvajes durante el mismo periodo.
Según Ayan, esta luz solar disuasoria de animales ha llegado hasta ahora a más de mil agricultores a través de cien pueblos en 12 estados, además de algunos propietarios de plantaciones de plátanos, café, tres o cuatro departamentos estatales forestales y varias organizaciones de protección de la naturaleza y de desarrollo.
Instalación de Parabraks fuera del recinto ganadero en un pueblo en Ladakh. Créditos de la imagen: Snow Leopard Conservancy India Trust. Utilizada con autorización.
Se empezó a desarrollar en 2019 para mantener alejados a los leopardos de las nieves y que no mataran al ganado en el remoto pueblo de Kesar en el este de Ladakh. La mayoría de los habitantes del pueblo son pastores que crían ovejas y cabras de montaña en los pastos inclinados del Himalaya.
Según Jigmet Dadul de Fondo de Conservación del Leopardo de las Nieves de India, que coordina los procesos de instalación en beneficio de los habitantes, mantienen cerca de 150 a 200 cabezas de ganado colectivamente en recintos comunitarios para el pastoreo en pastos de verano. Estos corrales no tienen techos ni puertas, por lo que el depredador puede entrar fácilmente, caza uno por uno, y mata y hiere a casi la mitad en el ataque y los deja abandonados a su suerte. Esto causó una pérdida de más de 200 000 rupias (2509 dólares).
Diez unidades de Parabraksh se instalaron fuera de los recintos de la comunidad en siete pueblos. El Fondo de Conservación del Leopardo de las Nieves de India también ayudó a los habitantes a construir techos y puertas en los recintos para proteger su ganado de nuevos ataques.
El Prabraksh instalado en el campo de Vikram Munda, aldea de Bandhuabeda, Odisha, se mantiene en pie para alejar a los elefantes. Crédito de la imagen: Katidhan. Utilizada con autorización.
Vikram Munda de la aldea de Bandhuabeda, en el estado indio oriental de Odisha, cultiva anacarados, arrozales y verduras locales de temporada, y sufrió una pérdida anual de aproximadamente 60 000 rupias (753 dólares) causado por manadas de elefantes salvajes. Sin embargo, Parabraksh llegó para ayudarlo en 2020.
Señaló que “antes tenían que estar despiertos toda la noche antes de la temporada de cosecha reventando galletas, agitando antorchas encendidas para mantener alejados a los elefantes que venían en grupo de al menos seis a siete cada vez, desde los bosques cercanos”.
Según el funcionario forestal divisional Debashish Sharma de Purulia, Bengala Occidental, los elefantes son animales de la pradera que se mueven a través de los bosques. Estos pueblos fueron alguna vez parte de sus rutas migratorias tradicionales, que pasan por los bosques contiguos y conectan Odisha con sus estados colindantes. Pero hoy en día se han reducido a fragmentos forestales aislados intercalados con estas aldeas, donde los elefantes salvajes acaban extraviándose.
Parabraksh vigila de cerca los chiles en un cultivo en Odisha. Créditos de la imagen: Katidhan. Utilizada con autorización.
Sharma comentó que “además, con la reducción de la comida en el bosque, estos elefantes salvajes están cambiando sus preferencias alimenticias, de una dieta forestal a base de celulosa, ahora optan por la que disponen más fácilmente de cultivos ricos en almidón en los campos”. Añadió que, como los herbívoros son más grandes con un máximo de consumo, el daño que hacen es mayor que el de otros animales que roban comida de los cultivos.
En Therubeedi, pueblo de Karnataka, al agricultor orgánico Raghavendra Bhat lo molestan ñps monos y se queja de que “vienen cientos, chillando, gritando y saltando sobre los árboles y saqueando sus cultivos. además de que levantan sus gallinas y pollos”. Sufrió pérdidas anuales de aproximadamente 150 000 rióas (1882 dólares) cada año en su granja de 15 acres.
Dispositivo acústico de energía solar, Kapikaat, instalado en uno de los árboles en el campo de Raghavendra Bhat, en Karnataka mantiene a los monos alejados. Créditos de la imagen: Katidhan. Utilizada con autorización.
Sin embargo, 2021 puso Kapikaat, dispositivo acústico activado con energía solar de Katidhan para repeler a sus revoltosos invitados. El dispositivo se ata a un árbol a tres o cuatro metros de altura, y emite varios sonidos, como gruñidos, rugidos de depredadores, disparos o petardos para ahuyentarlos. No obstante, según Bhat tiene entre 60 % y 70 % de efectividad, ya que los monos han empezado a entrar en los cultivos desde otros lados.
Para Ayan es realmente un reto superar la inteligencia de los animales salvajes y mantenerlos a raya. Por su parte, Katidhan también está tratando de encontrar soluciones para que los agricultores puedan usar los dispositivos y mantener a diversas especies de animales salvajes fuera de sus cultivos. Comentó que “están personalizando las opciones de ajuste de la altura durante la instalación del dispositivo para que sus destellos disuasorios puedan golpear con precisión los ojos de los animales a los que se dirige”.
La organización tiene el objetivo de acercarse a dos mil agricultores más a través de 150 pueblos este año, además de al menos 15 a 20 propietarios de plantaciones como café, caucho, té y coco, junto con más departamentos forestales estatales.
Las entrevistas de este artículo se hicieron por teléfono, correo electrónico y en persona durante el trabajo investigativo en septiembre de 2022
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