Comprar por estos días una casa prefabricada es una idea que resulta común por la fuerte tendencia, por el acceso económico a una de ellas y por el poco tiempo que requieren sus instalaciones. Sin embargo, en su entorno corren mitos y verdades. Sobre las primeras, hemos querido desmitificar algunas creencias erradas sobre este universo de viviendas.
La idea de vivir en un piso es reemplazada por la idea de vivir en un espacio amplio como el que puede entregar una casa tipo chalet.
Los altos precios y la escasez de ofertas de casas "céntricas", sin embargo, ponen los límites para buscar el sueño de vivir en un espacio generoso y con jardines. Pese a ello, se nos viene a la cabeza la idea moderna de conseguir una casa prefabricada porque de una extraña manera pensamos que es la opción más barata y asequible.
Con los bajos precios que da este perfil de "vivienda moderna" pareciera que el sueño se podría hacer realidad, hasta que toca el momento de desglosar el valor total para instalar una casa prefabricada en cualquier rincón apto de la península. Por esta razón, hemos tomado la palabra de Lourdes Treviño, arquitecta y fundadora de Freehand Arquitectura, quien en un artículo publicado en la revista Arquitectura y Diseño, y la Casa Agency, han desmitificado todas esas creencias erradas del universo que hay detrás de estas construcciones.
Treviño hace una comparación de sostenibilidad la cual afirma que con el tiempo las casas prefabricadas serán más económicas (no en la actualidad), como lo que ocurrió con las luces LED. "Cuando surgió este tipo de iluminación era mucho más cara que una bombilla convencional halógena. En pocos años, al darse a conocer su eficacia se popularizó su uso y el precio bajó radicalmente".
La experta confirma que las casas prefabricas pueden personalizarse, tanto en fachada como en los interiores. "Hay que hacerlo cuidando cada detalle para mejorar la adaptabilidad al entorno y con un estudio previo de pendientes y topografía para dar las mejores soluciones a cada una de las viviendas", explica.
La arquitecta rompe con el estereotipo de que una casa por ser prefabricada tiene peor calidad. Para ella, la opción de lo malo está tanto en una casa de construcción tradicional como en una casa prefabricada. "La calidad de una edificación depende del diseño que se le dé. Las soluciones constructivas que se apliquen, la calidad de los materiales y, por supuesto, el cariño con que esté hecho. Además de las normativas que se deben cumplir", agrega.
Por su parte, Casa Agency, en el portal Comunicae , en su ranking de mitos sobre las casas prefabricadas, aclara que este tipo de viviendas no paga menos impuestos que una casa convencional. "A la administración pública le da lo mismo cómo esté construida una casa. No le importa si es prefabricada o hecha con hormigón y ladrillos. Lo único que cuenta es que se trata de un inmueble, de una vivienda para ser exactos. Y como tal debe pagar los mismos impuestos de cualquier otra", afirman.
Los expertos de Casa Agency argumentan que para la administración pública una vivienda siempre tiene las mismas "obligaciones" con independencia de cómo esté construida. "Por tanto, una casa prefabricada solo podrá edificarse en aquellos solares urbanos que tengan permitido la construcción de viviendas. Además, hay que tener en cuenta que cada parcela tiene unas limitaciones urbanísticas", sentencian.
Por lo menos en este país, las administraciones no te dejan hacer nada, de nada...y luego se preguntan porque no despegamos económicamente...