De la mano de su récord productivo, el trigo argentino el trigo habría superado en abril los USD 3.400 millones en exportaciones, máximo registro histórico para esta altura del año.
Para muchos productores castigados por la seca, el trigo es una tabla de salvación, ¿pero hay posibilidades de volver a repetir lo que pasó en el 2021 con rindes y producción récord en la región núcleo?
Encuestas realizadas por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), esta semana, señalan que la intención de siembra y tecnología el trigo no mejoró respecto a lo que indicaban 15 días atrás. Sin embargo, los márgenes subieron en las últimas dos semanas: el rinde de indiferencia para campo alquilado pasó de 41 a 35 qq/ha. Por lo tanto, se sigue estimando un 10 % menos de intención de siembra, un 20% menos de fertilización y una producción estimada en 2 millones menos que hace un año (7,8 millones de toneladas).
"La Niña", la posibilidad de un invierno seco, márgenes que aún dan dudas y zonas que aún les falta muchos milímetros para alcanzar la humedad adecuada para plantear el cultivo son los factores que bajan la intención triguera . En la zona de Aldao, los ingenieros comentan que algunos productores piensan bajar a un mínimo el trigo, esto significa reducciones que llegan hasta al 80%. "Pero son más los casos que están entre la disyuntiva de bajar un 20 a 30% o mantener un área similar a la del 2021", explican los especialistas.
Los que piensan en bajar área son productores con resultados positivos en la reciente campaña gruesa. Los que mantendrían la intención en muchos casos son los que fueron muy castigados este verano y ven en el trigo una tabla de salvación: con buenos rindes sería ganarle la revancha al 2022. "Si tienen humedad en la cama de siembra, van a sembrar.
"El trigo es un cultivo pasional, en cambio el maíz es sensatez", agregan los técnicos.
En el ciclo 2021/22 fueron récord, superaron los 47 qq/ha; en cambio, los del 2020/21 fueron los más bajos de la década: 29 qq/ha. Muchos productores hoy ven el trigo la posibilidad de acomodar los números, pero, lamentablemente, el tiro puede salir por la culata: los niveles actuales de los costos de fertilizantes, insumos y alquileres ponen en juego una carga financiera muy alta.
Santiago Prado, investigador del Conicet en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR explicó los motivos que hicieron que el trigo tuviese un año excepcional y cuantas posibilidades hay de que eso vuelva a suceder.
"Elevado nivel de agua útil a la siembra, alto cociente foto-termal en periodo crítico y altas dosis de nitrógeno. Los planetas se alinearon para el trigo, porque también la siembra fue récord", dijo el especialista.
"Es muy complicado que se repita", responde el especialista. "En primer lugar dependemos de la lluvia. Es lo que todo el mundo está mirando, si va a llover para recargar los perfiles. Con la primera variable, contar con elevado porcentaje de agua útil, aún no se cuenta en la región".
En cuanto al cociente fototermal, dijo que "ahí podemos predecir que va a pasar. Normalmente cuando hay un año que viene seco, como el que se pronostica, tenderíamos a pensar que habrá menos días nublados y por lo tanto más radiación disponible. Pero no es algo que se pueda saber de antemano".
"Con el precio actual de los fertilizantes las unidades de nitrógeno a aplicar se van reducir", cerró.
El mercado del trigo está intervenido mientras que el comercio de la cebada es más libre
Esta campaña triguera es riesgosa por la alta inversión que demandará hacer una hectárea del cereal y esto hace replantear los esquemas productivos. Por eso hay productores que harán un cultivo de cobertura y luego soja. Pero muchos otros apuntarán a la cebada, otro cultivo que se siembra en invierno y se cosecha con el comienzo del verano.
Mientras se suceden pronósticos que hablan de una retracción de la superficie sembrada con trigo, en el sector privado estiman que el incremento del área de cebada será del 15%.
Hay buenos precios por el producto como por los demás commodities, como consecuencia del faltante de 14 millones de tonelada en la campaña 2021/22 respecto de la anterior básicamente por problemas climáticos en diferentes países. A eso se sumó el conflicto entre Rusia y Ucrania, dos países que aportan el 30% del comercio mundial, lo que significan cerca de 10 millones de toneladas" dijo el consultor Mario Cattaneo. Esa baja en la producción es muy grande teniendo en cuenta que el mercado mundial es de 30 millones de toneladas.
La cebada, explicó el analista, "tiene mejor comportamiento cuando la disponibilidad hídrica es escasa y aprovecha mejor el uso de menor tecnología, lo que es clave este año en el cual los fertilizantes tienen precios muy altos y muchos productores apuntan a utilizar menos estos insumos".
"Además el mercado del trigo está intervenido mientras que el comercio de la cebada es más libre y por eso vemos que la intención de siembra crecería entre 10/15%. Esto significaría un volumen destinado a grano comercial de 5 a 5,2 millones de toneladas sobre una superficie de 1,3 millones de hectáreas", destacó.
De la mano de su récord productivo, el trigo argentino el trigo habría superado en abril los USD 3.400 millones en exportaciones, máximo registro histórico para esta altura del año.
Para muchos productores castigados por la seca, el trigo es una tabla de salvación, ¿pero hay posibilidades de volver a repetir lo que pasó en el 2021 con rindes y producción récord en la región núcleo?
Encuestas realizadas por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), esta semana, señalan que la intención de siembra y tecnología el trigo no mejoró respecto a lo que indicaban 15 días atrás. Sin embargo, los márgenes subieron en las últimas dos semanas: el rinde de indiferencia para campo alquilado pasó de 41 a 35 qq/ha. Por lo tanto, se sigue estimando un 10 % menos de intención de siembra, un 20% menos de fertilización y una producción estimada en 2 millones menos que hace un año (7,8 millones de toneladas).
"La Niña", la posibilidad de un invierno seco, márgenes que aún dan dudas y zonas que aún les falta muchos milímetros para alcanzar la humedad adecuada para plantear el cultivo son los factores que bajan la intención triguera . En la zona de Aldao, los ingenieros comentan que algunos productores piensan bajar a un mínimo el trigo, esto significa reducciones que llegan hasta al 80%. "Pero son más los casos que están entre la disyuntiva de bajar un 20 a 30% o mantener un área similar a la del 2021", explican los especialistas.
Los que piensan en bajar área son productores con resultados positivos en la reciente campaña gruesa. Los que mantendrían la intención en muchos casos son los que fueron muy castigados este verano y ven en el trigo una tabla de salvación: con buenos rindes sería ganarle la revancha al 2022. "Si tienen humedad en la cama de siembra, van a sembrar.
"El trigo es un cultivo pasional, en cambio el maíz es sensatez", agregan los técnicos.
En el ciclo 2021/22 fueron récord, superaron los 47 qq/ha; en cambio, los del 2020/21 fueron los más bajos de la década: 29 qq/ha. Muchos productores hoy ven el trigo la posibilidad de acomodar los números, pero, lamentablemente, el tiro puede salir por la culata: los niveles actuales de los costos de fertilizantes, insumos y alquileres ponen en juego una carga financiera muy alta.
Santiago Prado, investigador del Conicet en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR explicó los motivos que hicieron que el trigo tuviese un año excepcional y cuantas posibilidades hay de que eso vuelva a suceder.
"Elevado nivel de agua útil a la siembra, alto cociente foto-termal en periodo crítico y altas dosis de nitrógeno. Los planetas se alinearon para el trigo, porque también la siembra fue récord", dijo el especialista.
"Es muy complicado que se repita", responde el especialista. "En primer lugar dependemos de la lluvia. Es lo que todo el mundo está mirando, si va a llover para recargar los perfiles. Con la primera variable, contar con elevado porcentaje de agua útil, aún no se cuenta en la región".
En cuanto al cociente fototermal, dijo que "ahí podemos predecir que va a pasar. Normalmente cuando hay un año que viene seco, como el que se pronostica, tenderíamos a pensar que habrá menos días nublados y por lo tanto más radiación disponible. Pero no es algo que se pueda saber de antemano".
"Con el precio actual de los fertilizantes las unidades de nitrógeno a aplicar se van reducir", cerró.
El mercado del trigo está intervenido mientras que el comercio de la cebada es más libre
Esta campaña triguera es riesgosa por la alta inversión que demandará hacer una hectárea del cereal y esto hace replantear los esquemas productivos. Por eso hay productores que harán un cultivo de cobertura y luego soja. Pero muchos otros apuntarán a la cebada, otro cultivo que se siembra en invierno y se cosecha con el comienzo del verano.
Mientras se suceden pronósticos que hablan de una retracción de la superficie sembrada con trigo, en el sector privado estiman que el incremento del área de cebada será del 15%.
Hay buenos precios por el producto como por los demás commodities, como consecuencia del faltante de 14 millones de tonelada en la campaña 2021/22 respecto de la anterior básicamente por problemas climáticos en diferentes países. A eso se sumó el conflicto entre Rusia y Ucrania, dos países que aportan el 30% del comercio mundial, lo que significan cerca de 10 millones de toneladas" dijo el consultor Mario Cattaneo. Esa baja en la producción es muy grande teniendo en cuenta que el mercado mundial es de 30 millones de toneladas.
La cebada, explicó el analista, "tiene mejor comportamiento cuando la disponibilidad hídrica es escasa y aprovecha mejor el uso de menor tecnología, lo que es clave este año en el cual los fertilizantes tienen precios muy altos y muchos productores apuntan a utilizar menos estos insumos".
"Además el mercado del trigo está intervenido mientras que el comercio de la cebada es más libre y por eso vemos que la intención de siembra crecería entre 10/15%. Esto significaría un volumen destinado a grano comercial de 5 a 5,2 millones de toneladas sobre una superficie de 1,3 millones de hectáreas", destacó.